Vamos siguiendo nuestros caminos, sin saber nuestros destinos, pero teniendo una idea de cual queremos que sea nuestro lugar, en ese gran espacio, que el tiempo nos da. Vamos pensando en nuestros planes y compromisos, sin saber si quiera si estaremos presentes en ellos, o si podremos hacer como un día quisimos... pero muchas veces de eso trata la vida, de pensar en nuestro futuro, en como hacer del mañana, un día cómodo y conforme a nuestros planes, muchas veces, indecisos.
Tenemos que tomar las riendas de nuestras vidas, y hacer lo que nosotros queremos hacer, sin tener que dejarnos influir por lo de fuera, sin tener que cambiar por que los demás lo quieran, somos libres y podemos hacer lo que nosotros deseamos, y con lo que más a gusto nos encontramos. Llevar nuestro pulso, y nuestras ganas, tomar entradas y salidas, subir alto y bajar profundamente, tener la luz enfrente, y la sombra presente.
Marca tu vida, marca tus propósitos, marca el pulso con el que los quieres llevar, pero recuerda:
-"No corras, sin saber andar".
Muchas veces vamos más deprisa de lo que tendríamos que ir, y otras veces nos da por ir lentos, cuando deberíamos ir a un paso más alegre y lleno de vida, pero las cosas son así, unas veces vamos bien y otras veces mal, no tenemos un punto fijo que nos sepa decir como debemos ir, y saber llegar.
Tenemos 3 tiempos:
El pasado, el presente y el futuro.
Y aún sabiendo lo que marca cada uno, siempre nos encerramos en uno.
En vez de quedarnos en el pasado, deberíamos de vivir el presente pero tampoco hay que ir de valiente, que el futuro está por venir, y aveces viene caliente.
Otras en cambio nos centramos en como será nuestro futuro, aún sabiendo que está por venir, y la verdad, nos viene muchas veces para mal, porque sin saber lo que va pasar, ¿Por qué tenemos que tener miedo a lo que vendrá, si no sabemos con certeza, que estará?.
En sí, la vida es muy contradictoria, ya que un día, nos trae recuerdos del ayer, al siguiente nos da señales de lo que está por ver...
Se ríe de nosotros, pero por eso debemos marcar nuestro pulso, para saber cuando debemos tocarle la espalda, y así no cagarla.
Por que recordar, que la vida es muy puta, y es la única que de nosotros disfruta.